Las mochilas escolares son uno de los útiles más utilizado en la jornada habitual de los niños. Y es que día tras día niños y estudiantes llevan sus libros, material escolar e incluso su comida en sus mochilas. Con el tiempo y el uso, el olor de la comida, los restos de suciedad originados por los diferentes materiales o el desgaste normal pueden hacer que la mochila llegue a verse sucia.
Para volver a dejar la mochila como el primer día y eliminar de una vez por todas la suciedad y el mal olor, la mayoría de las mochilas pueden ser lavadas en una lavadora normal, utilizando detergente para ropa. Se trata del método más sencillo y, probablemente, el más eficaz. Sin embargo, existen ciertos tipos de mochila que no pueden meterse en la lavadora y que tienen que lavarse a mano como consecuencia del material con el que están fabricadas.
Cómo limpiar la mochila escolar con la lavadora
Antes de meter la mochila escolar en la lavadora, primero tienes que asegurarte de que la mochila realmente se puede limpiar de esta forma. Para confirmarlo, busca la etiqueta y comprueba cuál es el método de limpieza que recomienda.
Una vez ya has confirmado este tema, toca vaciar la mochila. No sería agradable descubrir demasiado tarde que te habías dejado algún libro, agenda o anotación importante dentro. Además, dependiendo de como de grande sea el objeto que te has dejado dentro, la lavadora podría estropearse. Asegúrate de revisar todos los bolsillos y compartimentos de la mochila, incluyendo a las pequeñas, las laterales…
Asegúrate de que el lavado se hace con agua fría y con un detergente suave. Si la mochila tiene muchas decoraciones o adhesivos, es preferible que no la pongas en la lavadora porque tanto la una como el otro pueden quedar estropeadas. ¿Qué hacer entonces? Lavarla a mano tal como se explica en la siguiente sección.
Cómo limpiar la mochila escolar a mano
¿La etiqueta desaconseja meter la mochila en la lavadora? Seguramente te indicará los mejores productos para hacer la limpieza. Coge un recipiente grande, donde quepa la mochila, y mete agua un poco caliente y un poco de detergente suave (o el producto de limpieza que te recomiende la etiqueta). Es importante no utilizar agua fría en este caso.
A continuación, mete la mochila dentro del recipiente y ve fregándola con un cepillo duro o un trapo. Si el material de la mochila es muy sensible, usa una esponja. Dedica más tiempo y atención en aquellas partes donde haya manchas (o donde la mochila se encuentre más sucia).
Cómo secar correctamente una mochila
Cuando consideres que la mochila ha quedado bien limpia, déjala bien enjuagada y deja que se seque al aire libre, expuesta al sol. Los rayos solares ayudarán a desodorizar la mochila, es decir, a eliminar aquellos olores persistentes y molestos que, hasta ahora, parecía que no se marchaban nunca.
Una cosa que sí que no tienes que utilizar nunca es un secador. Aunque a primera vista parezca que un secador te ayudará con la tarea, en realidad puede estropear para siempre la mochila: su calor puede arruinar completamente algunos de los materiales de la mochila.